El Jardín Botánico de Ojinaga es una joya oculta en el corazón del desierto chihuahuense. Aquí, se preserva una vasta colección de plantas endémicas que prosperan en las duras condiciones del desierto. Cactus imponentes, flores del desierto y árboles resistentes al calor son solo algunas de las maravillas que se pueden encontrar en este espacio natural. Además de ser un lugar para la conservación, el jardín ofrece caminatas guiadas donde los visitantes aprenden sobre las plantas medicinales que los pueblos originarios usaban desde hace siglos. Es un lugar ideal para disfrutar de la naturaleza y entender la riqueza botánica del desierto.